«Tenemos claro que estos no son los presupuestos que necesitan la mayoría de alaveses/as y por eso presentamos esta enmienda a la totalidad. Creemos además, que no eran los únicos presupuestos posibles, y por eso hemos presentado 122 enmiendas parciales al mismo»
Vitoria-Gasteiz, 13 de Diciembre de 2019. (Extracto del discurso de Arantxa Abecia en el Pleno de enmiendas a la totalidad del 13 de Diciembre de 2019)
Desde Elkarrekin Araba entendemos que, los Presupuestos Generales del Territorio Histórico de Araba para 2020 que nos presentan, NO responden en términos económicos a los retos que actualmente tiene la sociedad alavesa en cuanto al desarrollo de políticas feministas, a la creación de empleo que garantice unas condiciones laborales dignas, o al blindaje de derechos a través de unos servicios de atención y protección a la ciudadanía que sean públicos y de calidad.
Tampoco afrontan con seriedad ni la emergencia climática, ni el reto demográfico, a juzgar por la escasa o nula inversión en las mismas que nos proponen en sus presupuestos.
Asimismo, las políticas que se desarrollan a través de estos presupuestos no tienen en cuenta, ni tratan de afrontar, el contexto actual de desaceleración económica, ni el escenario de posible recesión, que inevitablemente afectará a toda la ciudadanía, así como tampoco proponen soluciones eficientes a la creciente desigualdad que sufre nuestro territorio. Ustedes nos hablan de gestión solvente, pero obvian que los nubarrones económicos están llegando a Araba y a Euskadi. Que el impacto en la economía ya se está notando, y eso de inmediato se hará ver en las empresas y en el empleo y, en consecuencia, en las familias. Tenemos muy reciente la crisis de 2008: las altas tasas de desempleo, desahucios, pobreza energética, pobreza infantil, recortes en servicios públicos, descenso de los salarios y precariedad laboral. La recuperación económica posterior, no ha supuesto la recuperación total del empleo o del poder adquisitivo de las familias. Álava, su gente y su tejido productivo son hoy más vulnerables a las consecuencias de la crisis de lo que eran en 2008.
